Después de varios meses con la cámara nueva, empiezo ahora a verle el resultado a la inversión. No es que no haya hecho fotos buenas hasta ahora, algunas de las que he considerado mejores las tengo colgadas en mi galería de flickr o las habéis visto en facebook. El tema es que aprender a manejar una cámara réflex lleva su tiempo, y yo estaba convencido de que con mi teleobjetivo 55-300 de 200 eurillos iba a hacer unas fotazas como las que hacen los profesionales, y me empeñaba en hacer fotos con el zoom a tope y la apertura al máximo… y claro, para las mariposas muy bien, que se te posan muy cerquita y yo hasta tenía que alejarme de ellas para que la cámara fuera capaz de enfocar, como en esta foto del otro día en la Sierra de Huétor:
Pero con los pájaros el asunto cambia, pues no te dejan acercarte demasiado (salvo algún triquero ocasional en La Janda), y el resultado de intentar sacar una foto a un objeto lejano era siempre el mismo: objeto desenfocado, imposible de identificar, y fotos a la papelera. Hasta el punto de pensar en que tenía algún problema de visión… pero no, en el modo de enfoque automático obtenía los mismos resultados.
Hasta que hace un par de días, hablando con mi ilicitano amigo Vicente, desperté de mi sueño y me convencí de que con mi teleobjetivo nunca podría hacer esas fotos espectaculares, y que tendría que aprender a sacarle rendimiento al mismo de otra forma, sin forzar a tope el zoom, por ejemplo, y aprendiendo cosillas sobre distancias focales, control de la exposición y demás. Menudo trabajo!! pero el resultado ha sido inmediato y ahora os puedo presentar unas fotos bastante decentes que he hecho hoy mismo. La primera es de una garcilla bueyera (Bulbucus ibis) que buscaba comida en un campo de la Vega cercano a Santa Fe donde suele darse cita un grupo de unas 15 o 20 garcillas.
La otra foto es de un ave rapaz, pequeña, que estaba posada en una rama de un árbol en un punto indeterminado de la Vega granadina, vigilando los campos de cultivo de su alrededor, cuajados de bandadas de palomas y gorriones. Hace poco tuve ocasión de ver a una de estas aves rapaces buscando comida en el suelo de un solar abandonado, con su típico aletear rápido para mantenerse quieta en un punto determinado y luego lanzarse en picado hacia abajo. Le hice algunas fotos con el móvil, pero no se ve muy bien, no más que la forma del pájaro. Pero la de foto de hoy está mucho mejor, si bien desconozco si se trata del mismo ave. Hay que tener en cuenta que estaba lejísimos, y que no ha colaborado con la foto pues ni siquiera giró la cabeza para mirarme un segundo, y cuando comencé a andar acercándome cada vez más a ella, echó a volar y me dejó con las ganas… Bueno, aquí está la foto de marras, yo diría que es un cernícalo (podría ser común o primilla, que haberlos haylos en Granada)…
La foto no es nada del otro mundo aunque sea un gran logro para mí; me gustó más la foto que le saqué cuando se alejaba. Me ha salido un cuadro muy bonito con algunos de los elementos que amo de mi tierra: Sierra Nevada, la Vega, la Alhambra, y las palomas! Siempre que veo las bandadas de palomas, y más cuando las veo con el telón de fondo de la Sierra, me acuerdo de una cita de Lorca hablando de Pitres y las palomas: En la plaza del pueblo hay una placa con una foto que recuerda la visita del poeta a Pitres en la primavera de 1928. Tras la foto que le sacaron a Federico a los pies de un árbol con forma de Y, éste escribió:
«Aquí estoy en Pitres, pueblo sin voz ni palomas de la sierra, crucificado en la Y griega del árbol.»
El supuesto cernícalo se ve volando con las alas extendidas en el centro de la foto, justo encima de la paloma que vuela más arriba.
Poco a poco espero que vayan saliendo cositas buenas con la cámara, espero impaciente que comience la temporada de mariposas y poder aplicar a las fotos los nuevos trucos aprendidos.
Gracias por leer.
Migue.